La errata y la cruda realidad
La errata, tu mejor amiga. Aparece en cualquier texto cuando menos te lo esperas. Pero ¿es posible que no haya ni una sola?
La errata, tu mejor amiga. Aparece en cualquier texto cuando menos te lo esperas. Pero ¿es posible que no haya ni una sola?
«¿Escritores en barbecho? ¿En serio reabres el blog con algo así?», me preguntas clavando tu pupila castaña (porque sé que la mayoría tenéis los ojos marrones) en mi generoso escote. Vamos a ver, alma de cántaro, juntaletrillas de mi corazón, superfan de mis posts sin sentido. No esperabas menos para...