El Cirujano, de Carlos Pérez Casas

—¿Le dirás al mundo que yo no quise hacerlo? —suplicó el moribundo mientras su mirada se perdía entre los rostros de quienes se congregaban para verlo. Rostros afligidos y sorprendidos—. Me empujaron, Gilberto. Me dijeron que podía, así que lo hice.
El Cirujano, Carlos Pérez Casas
Sinopsis
Primero, inventó la inmortalidad. De la noche a la mañana, todo el que era joven se esforzaba por no aparentarlo: nadie quería ser víctima de los cazacuerpos. Después, creó los cuerpos artificiales: ya nadie tuvo que temer. Ahora, el Cirujano ha ido más allá.
Gilberto es un espía corporativo y su objetivo es robar el secreto del reenganche corporal y los cuerpos artificiales. Sin embargo, todo se desmorona cuando es descubierto por el mismísimo Cirujano. Para sorpresa de Gilberto, no lo entrega a las autoridades ni ordena su asesinato; en su lugar, sale huyendo. ¿Por qué?
La sorpresa da paso a la intriga; la intriga, a la sospecha. La persecución dura poco. Ahora el creador de la inmortalidad yace inmóvil sobre el asfalto. Sus últimas palabras son una súplica para que no le recuerden como un monstruo que condenó a la humanidad.
El Cirujano
El Cirujano es una de esas novelas que no te permiten ni levantarte para ir al baño. Cocinas con una mano, bañas al niño con una mano, te peinas con una mano y le abres la puerta al perro para que se baje solo aunque vivas en un 7.º en una avenida principal. Hasta le atas las bolsitas para que alguien se encargue. Porque engancha desde el minuto tres. ¿No debería ser desde el minuto uno? Eh, sí. Y por eso no tiene un 10.
Pérez Casas nos mete tan de lleno en su mundo que nos sentimos confusos. Y, sin embargo, es lo que requiere el texto, porque el inicio es confuso para su protagonista, para los viandantes y para el mismísimo cirujano del título. Tras unos minutos —en los que nos readaptamos a la situación y al léxico de este futuro— descubrimos lo que sucede, la confusión se disipa y comienza la acción, que toma carrerilla hasta el final. Porque si algo caracteriza a esta novela es su rapidez y la habilidad de su autor para mantenernos en vilo.
La acción empieza in media res, tras un atropello. Los viandantes están confusos y la víctima, un científico conocido mundialmente por haber encontrado la cura contra la inmortalidad y al que llaman el Cirujano, yace en el suelo. Junto a él, nuestro protagonista, Gilberto, parece atenderlo, aunque descubrimos enseguida que se trata de un espía que trabaja para una gran corporación. El Cirujano fallece y Gilberto le roba la placa de datos (en los que se supone que están grabados los secretos que busca). El problema es que la placa comienza a cargar un programa que pronto se convierte en una cuenta atrás. Tal vez sea un programa de autodestrucción. Tal vez solo sea una broma. O tal vez la vida, tal y como la conoce Gilberto, esté a punto de desaparecer.
Acusado del atropello por las autoridades, nuestro protagonista comenzará una frenética carrera por averiguar qué sucede con la placa, qué busca la corporación para la que trabaja y, sobre todo, por mantenerse con vida. Con diálogos inteligentes y personajes femeninos bien construidos, descubriremos el mundo que ha creado Pérez Casas y el dilema ético y moral que la inmortalidad plantea.
Aunque el ritmo de la novela decae un poco en la segunda parte, se compensa con la cuenta atrás que nos acompaña desde el primer capítulo y los interrogantes que se abren en cada escena.
El final, aunque bien planteado, se precipita en una carrera alocada. Si Pérez Casas pretendía agotar a las lectoras, lo ha conseguido.
Puntos fuertes:
- Diversidad de personajes.
- Personajes femeninos bien construidos.
- Conciencia crítica y social y planteamiento de dilemas morales.
- Worldbuilding.
- La acción transcurre en Zaragoza y alrededores. Lo cierto es que se agradece salir de ciudades como Madrid o Barcelona y pasear por otros lugares de la Península, algo que Carlos ha convertido ya en parte de su sello personal (todas sus novelas transcurren en tierras aragonesas).
- Prosa sencilla, directa, tal y como requieren este tipo de textos.
Puntos débiles:
- Cuesta situarse en la primera escena y no todas las lectoras tendrán paciencia para hacerlo.
- La acción decae a partir de la segunda mitad de la novela.
- Hay dos momentos de infodumping. Son necesarios, pero se hubieran evitado si el texto fuera un poco más largo.
- La historia está tan condensada que la lectora acaba agotada tras la última página.
NOTA FINAL: 8/10
El autor
Carlos Pérez Casas (Zaragoza, 1989) es Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza, donde también cursó un máster en Historia Contemporánea y otro en Educación para el profesorado de Secundaria y Bachillerato. Finalizó sus estudios en el Trinity College of Dublin.
Profesor, corrector profesional y escritor, combina su amor por la Historia con su pasión por la ciencia.
Por ahora tiene tres novelas publicadas: El alguacil (2016), de corte histórico; y El señor es mi pastor (2015) y El Cirujano, estas de corte futurista.
En su blog hace reseñas y habla de recursos para escritores y ciencia ficción.
Imagen de fondo de portada: Carabo Spain en Pixabay
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