Elipsis y sumario (Saltos temporales como técnica narrativa I)

Utilizar los saltos temporales en narrativa no es cuestión sencilla ni banal. Son un recurso básico a la hora de crear historias, y aprender a manejarlos es engorroso y complejo. Sobre todo porque cada uno tiene unas posibilidades y unas consecuencias. En esta entrada me voy a centrar en la elipsis y el sumario. De la acronía o silepsis, prolepsis (flashforward) y analepsis (flashback) hablaremos en otra entrada, o aquí nos dan las uvas.
Habrá quien me diga que falta mencionar la ucronía, pero a día de hoy la considero casi un género literario, del que también hablaré en el futuro.
Elipsis
A la elipsis la conoces bien porque la usas a diario, al fin y al cabo consiste en omitir información que se sobreentiende. Incluso las usamos dentro de una frase (como figura retórica) para no repetirnos y jugar con los ritmos. Y, más importante aún, como técnica narrativa para no aburrir al lector. Te pongo un ejemplo de cosecha propia para empezar:
Menudo rollo, ¿verdad? Pongamos que lo importante es que se marchó de la fiesta y lo que sucede en la oficina al día siguiente. Usamos una elipsis, y listo:
¿Ves? Hemos pasado de una escena a otra sin contar toooodooooo lo que hizo Marta entre la fiesta y la oficina. Lo más habitual es separarlo por escenas y capítulos (aunque no siempre es necesario) y con unas pocas palabras, marcar el cambio temporal y de ubicación. En este cambio de escena, Ferradas nos deja muy claro que ha transcurrido una semana y lo que sucede en esta (de la técnica de «sumario», ahora hablaremos):
La Conseguidora, Pablo Ferradas.
Integrar la elipsis en el texto
Pero no siempre es necesario separar el espacio tiempo en escenas y capítulos, lo podemos integrar. Pero cuidado, que hay que saber hacerlo.
En este ejemplo, los personajes están en una boda y sentimos con ellos cómo pasa el tiempo. Al ser un poco larga, he ido a las marcas temporales para centrarnos en las elipsis:
Asuntos de muertos, Nieves Mories
Toda una noche en menos de una página, perfectamente integrada por marcas temporales que, además de contar, muestran (¿te has fijado cómo ha hecho correr el tiempo cuando no sabe si ha compartido o no ese porro?). Ellos están borrachos y colocados, y nosotros lo vivimos con ellos.
Y poco después, en la siguiente escena, en el mismo capítulo, tenemos otra elipsis.
Como ves, a la elipsis, bien manejada, se le puede sacar muchísimo provecho: desde evitar repeticiones innecesarias y hacer avanzar la historia hasta para reflejar ciertos estados y sentimientos de los personajes.
Sumario
El llamado «sumario» consiste en realizar un pequeño resumen que puede ser importante para comprender lo que sucede sin narrarlo todo. De esta manera, la trama avanza. En este caso, olvidamos lo de «mostrar» para «contar».
Pueblo, Javier Ros
En solo un párrafo descubrimos que María no quiere hablar de la muerte de su marido, que este era camionero, que hacía rutas internacionales y que había muerto en un accidente cuando Chesi era pequeño. Y que no lo enterraron cerca de casa.
Listo. Apenas unas líneas para contar algo importante del pasado de nuestro protagonista.
Rebelión 20.06.19, Javier Miró
Miró nos explica en solo dos líneas algo muy importante de un personaje: no tiene familia, no sabe de dónde es y miente más que habla.
Con la técnica de sumario nos concentramos en que la trama avance sin dejarnos cuestiones importantes por el camino que podrían lastrar el ritmo de la novela, o hacer que no entendiéramos algunas de las reacciones de los protagonistas en el momento en que transcurre el texto. También nos sirve para plasmar en pocas líneas la vida o el pasado de los personajes, sobre todo los secundarios.
Uso combinado de elipsis, sumario y cómo mostrar
Te dejo aquí una mezcla de elipsis y sumario escrita de manera magistral, ya que además combinar las dos técnicas, muestra. Los dos fragmentos pertenecen a Medio Rey, de Joe Abercrombie:
La cosa sigue, pero en apenas dos páginas nos cuenta todo el primer día del grupo, que huye por una tierra helada. Pero aún es más llamativo cómo hace uso de estos recursos para el segundo y el tercer día:
Abercrombie narrará los días siguientes del mismo modo: en apenas una línea sitúa al lector temporalmente y en unos pocos párrafos muestra cómo el tiempo y el hambre hacen mella en los protagonistas. Fíjate sobre todo en el diálogo de este segundo fragmento. A medida que pasa el día, siguen bromeando, pero la respuesta viene dada por una gradación: primero hay risas, luego risitas. Por último, ni eso.
No solo las marcas temporales nos ayudan a ubicarnos. Los detalles, como esas risas, el cambio de temperatura, la falta de comida, y casi todo lo que se te pueda ocurrir, pueden ayudarte a que el texto sea más redondo y a situar al lector. Pero los detalles darían para unas cuantas entradas, y esta se ha extendido bastante
No te preocupes, que en breve te hablaré de la acronía, la analepsis y la prolepsis, otras tres aliadas de los saltos temporales en narrativa.
¿Sabes usar la elipsis y el sumario correctamente?
Esta entrada ha sido posible gracias a mis mecenas en Patreon.
Desde un euro al mes, puedes contribuir a que mantenga este blog en activo y recibir contenido extra junto a gente tan estupenda como Marié Campos Álvarez, Miguel Ángel Huesca, Iñaki de Miguel, Raquel Valle, Andrea Laviedo, Adela Castañón, Mar Hernández, Rosa María Hernández, María José Moreno, Pilar N. Colorado, Beatriz Caces, Joaquín García, Mónica Rivas, Montse Martín, Javier Ros, Mónica Sanguinetti, Jenny Navas, Carmen Moreno, David.
Si esta entrada te ha parecido útil, compártela; si se te ocurre algo que añadir, comenta, ponerte en contacto conmigo, puedes hacerlo a través de este formulario. Pero si quieres conocer algo más sobre mí y que te cuente algunos trucos, suscríbete a mi lista de correo .
Porque cualquier pequeña acción por tu parte hace que invertir mi tiempo merezca la pena.