(Des)vergüenzas: Maribel Abad

Conocí a Maribel Abad en el Celsius de 2019. Sé que no os he contado mi experiencia allí —aunque fue mi primera vez— porque interioricé enseguida la norma no escrita más popular: «Lo que sucede en el Celsius, se queda en el Celsius». Así que solo os relataré, de manera breve, mi primera impresión de Maribel: cuando Simplementemj (con la que viajé) y yo llegamos (tarde) a la carpa, nos encontramos a una rubia con el pelo teñido de rosa muerta de la risa haciéndole preguntas a Libertad Delgado, que presentaba su novela El lamento de la sirena. La verdad es que no le presté mucha atención. A la rubia con el pelo teñido de rosa, digo. Liber estaba contando algo sobre cómo copulan las sirenas y preguntó que si habíamos visto algún delfín por debajo, y me concentré en no mearme encima de la risa. Cosas de la maternidad y la diástasis abdominal. Igual algún año os hablo de eso.
Pero volvamos al Celsius. Tras la presentación del libro, Mj me presentó a la Superchachipandi (un grupo muy heterogéneo, charlatán, dicharachero y al que no le importa hacer el ridículo), y la rubia con el pelo teñido de rosa a la que yo no había prestado atención resultó ser Maribel Abad. Me alegré mucho de conocerla, porque las dos pertenecemos a un grupo colaborativo de Facebook en el que un puñado de correctoras (y algún corrector) nos ayudamos cuando nos surgen dudas. ¿Y sabéis que fue lo primero que hizo la rubia con el pelo teñido de rosa que resultó ser Maribel Abad?

Y bueno, desde entonces mantenemos una relación fantástica y desvergonzada porque ¿pa’ qué? Pero que hable ella y veréis a lo que me refiero.
Maribel Abad y la «escribición»

Podría contaros un montón de cosas de Maribel Abad, pero no lo considero necesario. Aunque lo usa poco, tiene un blog con una biografía muy completa. Así que os dejo el enlace, ya que ella sola se presenta muy bien. Y si no me crees, aquí te dejo una breve muestra de lo que encontrarás:
… prefiero ser recordada por mi regla de las tres efes: Friki de la Filología y la Fantasía. También correctora, pero como puedes ver, esta última es la excepción de la regla. Y no, una excepción no anula una regla.
Maribel Abad, sobre sí misma, en su blog.
¿A qué dedica su tiempo libre Maribel Abad? ¿Pasa droga para sobrevivir?
No, eso lo hago en mi tiempo de curro. En mi tiempo libre me gusta, obviamente, leer. Es la única afición en la que soy constante, porque las otras que realizo (de forma inconstante) son: tocar el instrumento de turno (el de ahora es el ukelele, y una vez al trimestre; el anterior fue el piano en la academia donde curro…), ver series y dejármelas a medias porque si no me las termino en el mismo día que me pongo, ya no vuelvo a ellas, leer manga y quedarme embobada con los dibujos, escuchar música, o, directamente, quedarme un rato mirando a las musarañas (es el peor momento, porque me da por pensar).
¿Cuándo empezaste a escribir, en el Cretácico?
(LOL) Pues casi, porque cuando empecé todavía era tan pequeña como grande mi letra.
Háblanos un poco de tus influencias como escritora y con qué escritores/as copularías sin pensarlo.
En cuanto a nivel de lenguaje, aunque no esté ni llegue nunca a su nivel, a mí el que hace que me entren ganas de escribir es Neil Gaiman. Ese es mi crush, y todos mis polvos intelectuales. Y no hay otro, te lo juro. Lo que tengo con Rothfuss solo es superficial. Y Pratchett hizo que me saliera el narrador un tanto mamoncete y sarcástico. Ya está. Ah, bueno, no puedo dejarme a Susanna Clarke. Quiero leerme todo lo que escriba. Menuda obra de arte Jonathan Strange y el señor Norrell. Y también hacía que en mi cerebro se encendiera la bombillita del lenguaje figurado.
Confiesa: ¿cuántas novelas anteriores a esta tienes en un cajón? Háblanos de la que más te avergüenza.
Pues novelas largas una solo. Sí que tengo muchos relatos que colgaba en el blog (y ahí siguen algunos, por cierto; menudo angst adolescente tenía yo a los veintiséis). La novela en cuestión se llamaba Palomas al caer al tarde. Toma título. Y era todo muy onírico y dramático a la vez. Chica se muda a un pueblo de costa (desgracia familiar mediante); chica encuentra acantilado en el que desahogar todo su angst; chico la ve desde la playa; chico se esfuerza por conocerla en el insti; chico se presenta diciendo: «Hola, soy Fran»; chica responde: «yo no». Todo muy de dar vergüenza; tenía un narrador omnisciente para cuando estaban juntos, un narrador en primera persona para el punto de vista del chico, y el diario de la chica. Tengo algo con los narradores, ahora que lo pienso. Ah, y tenía dieciséis años cuando escribí el primer borrador. Unos dieciocho cuando hice el definitivo. Pero nunca me la he tomado demasiado en serio, la verdad.
Te criaste en los ochenta, igual que yo, en el que las mujeres que disfrutábamos de la fantasía, el terror y los juegos de rol éramos consideradas bichos raros poco femeninos, o diosas de la espada y brujería (sobre todo en las ciudades y los pueblos pequeños). ¿Te has sentido discriminada alguna vez en ese mundillo por ser mujer?
Sí, claro, el «quita, que tú no sabes». Qué rabia. Menos mal que eso ya pasó, o ya no ocurre tanto. Me gustaría verlos diciéndole eso a alguna de las chicas/mujeres de La constelación. Primero, lo de «no sabes porque eres una chica» no lo entenderían porque esas cosas en Arcálie no pasan, pero es que además… Zinia le jodería la vida al que le dijera algo así, Naia iría un poco por el mismo camino, aunque con menos mala baba, solo para dar una lección, Glimgar quién sabe, te dejaría en ridículo con una mirada, o te atacaría con su rayo, y Azasha… con ella sí lo sabes, Azasha te manda al hospital de un mamporro. E iría a visitarte solo para llamarte mastuerzo.

Publicar después de los 35
Maribel Abad ya peina canas aunque las disimule con ese pelo tan bonito. También tiene alguna arrugita, sobre todo cuando se enfada, aunque está incluso más guapa. Así que yo, más «sabia» que ella por un par de años, me pregunto si la edad influye a la hora de encontrar editorial.
¿Crees que publicar se hace más complicado cuanto mayores somos? ¿Que la industria editorial ya nos considera dinosaurios?
Yo creo que no. La verdad es que veo a autores de todas las edades publicando, aunque me da que esto depende de la editorial. Es verdad que parece que hay muchísimo niño publicando también, pero me temo que eso va más en función de número de seguidores o porque tratan con más soltura que nosotros el tema de la inclusividad. Yo no he encontrado ninguna traba, ni creo que los demás la encuentren. Me parece que ni los editores ni los lectores se fijan en la edad, aunque igual es que yo vivo en un mundo ideal y no me entero. A saber.
¿Consideras que hay diferencias entre aquellos que publican muy jóvenes y quienes lo hacen pasada cierta edad? (No me refiero a los genios, sino al resto de los mortales).
Depende mucho de la madurez y de cuánto conozcan el mundo y a la gente esos escritores jóvenes. He visto historias en las que sí se notaba la edad del escritor, y otras en las que no.
¿Crees que un blog es imprescindible a la hora de tener mayor visibilidad, o me estoy currando este para una mierda?
Odio este tema, pero creo que sí. Si no es por la visibilidad, al menos, para que sepan dónde encontrarte cuando se interesen por ti. Pero el tuyo tiene muchas visitas, mantenlo, que lo estás haciendo muy bien.
(Inciso de la entrevistadora: está claro que la rubia con el pelo teñido de rosa no ha visto mis estadísticas de visitas. Continuemos).
Buscar editorial no es fácil, sobre todo para una escritora novel. ¿Cómo planteaste la propuesta editorial? ¿Sacrificaste tu juventud y doce vírgenes?
Pues no sabría decirte. Sacrifiqué mi salud, eso sí. Sobre todo la mental. Hace rato he dicho que lo de mi cabeza no es a consecuencia de La constelación, que es al revés, ¿no? ¿Lo ves? Si es que me contradigo y soy caótica. Por eso Arcálie me salió así; es el personaje que más se parece a mí. (Y ahora voy y te digo que el libro sí que es así por mi culpa. ¿Ves por dónde va la cosa?).
La verdad es que la propuesta la planteé de la forma más sencilla que pude. Al principio tenía una escrita con muchísimos datos sobre a qué otras obras se parece, posibles datos de ventas, etc. Cosas dificilísimas de valorar y de descubrir. Después decidí simplificar y quité esos datos. Dejé la presentación con lo básico sobre el género, público, temas, sinopsis, resumen y sobre mí. Por lo que sé, a la editora le llamó la atención el título, así que ahí tenéis una pista. Si eso llama a un editor, a los lectores también. Cuántas novelas magníficas no tendrán una oportunidad porque no llaman la atención en lo primero que entra por los ojos.
La constelación de los dragones, por Maribel Abad
Por supuesto, Maribel Abad es escritora, y quedaría feo hacerle una entrevista y no preguntarle nada de su novela, porque, ya sabéis: «Yo he venido a hablar de mi libro». Pero no, igual no os enteráis de nada, así que os dejo la sinopsis y una foto muy profesional que hice para mi Instagram cuando lo leí.
Cinco chavales la lían parda en el mundo de Arcálie. Se proponen buscar a la Alta Hechicera, que nadie sabe si se ha fugado por gusto con un highlander o está prisionera en una mazmorra de nivel 100, y, como suele pasar en las novelas de fantasía, se encuentran con montón de problemas porque aún no saben ni conjurar una espada decente.
Y entonces aparece un hada de cristal con más mala baba que un sarpullido en verano y…
Mira, mejor te la lees. Es divertida, hay magia, lugares maravillosos, batallas y un jardín donde todo el mundo frunge. Y ya hice los chistes en este artículo.
La tuya es una novela compleja con muchos personajes, un worldbuilding muy rico y numerosas subtramas. ¿Cómo no has terminado ingresada?
Debería estar ingresada, la verdad, aunque no tanto a consecuencia de La constelación; de hecho, creo que la novela es así porque yo estoy para que me ingresen. Soy caótica y necesito mucha planificación para no volver a hacer lo que hice en ese libro. Mira, te cuento: el primer manuscrito de La constelación lo escribí a lo brújula total. Lo escupí en menos de tres meses. El narrador lo metí después. La ciudad de Títhame también. Lo de las misiones por Arcálie con un entrenador también. Lo de que van encontrando determinados objetos también. Y, por suerte, todo el texto explicativo y de resumen narrativo desapareció en el proceso. Vamos, que lo único que quedó del primer borrador, después de más de diez reescrituras, fue el final. De hecho, como empecé a estar con la cabeza demasiado más allí que aquí, decidí apuntarme el worldbuilding y todos los nombres; sé por experiencia que, aunque tengas buena cabeza y no se te olvide nunca algo que tienes que hacer, apuntarlo en la agenda aligera mucho la carga, y esto fue lo mismo.
Ahora prefiero apuntarlo todo, y me está viniendo muy bien. Le he hecho cada sesión de terapia a los personajes para la próxima… Después de la experiencia, voy con mil libretas para todo, y más que tendría que me dejaran. Una para personajes, otra para trama, otra para ideas sueltas…
En tu mundo nada sucede por casualidad. ¿Cómo creas una estructura tan compleja sin que todo se desmorone después de unas pocas páginas? ¿Llamaste a los ingenieros de la NASA?
A ingeniera de la NASA me voy a meter yo, que he estado en la luna muchas más veces que ellos. Pues, como te comentaba antes, primero escribí una novela, por encima de esta, escribí otra, luego otra, luego otra… No se lo deseo a nadie. Cinco años, no te digo más. Planificar o simplificar son estrategias más rápidas. Lo cual no quiere decir que no sea exactamente lo que estoy haciendo con la segunda. La tercera versión lleva escrita ya muchos años. Ahora he hecho planificación de los conflictos de los personajes porque no me convencían… y ya veremos qué se me ocurre después. Estoy replanteando la trama. Aunque esta vez tengo más prisa que con la anterior, así que no me voy a poder recrear tanto.
¿Qué pautas utilizaste para generar los nombres y los mapas? ¿O con el gin-tonic fue suficiente?
El gin-tonic es para los diálogos en los que interviene Azasha y para las escenas románticas. Para el mapa utilicé un programa (que ya no tengo, y no me acuerdo del nombre) que trabaja con vectores, fractales y un montón de locuras para dibujar las líneas que tú quieras dándole instrucciones muy simples. Para los nombres me lo pasé también muy bien, y aquí me sale la vena de filóloga y hago que todo el mundo me mire con la ceja levantada, porque utilicé páginas de etimología. Si quería una raíz latina, buscaba la raíz de la palabra española que yo quería en la página etimologías de Chile; si quería una raíz anglosajona, buscaba la palabra inglesa en la página etymonline (aunque en esta página te salen todas las etimologías que puede tener una palabra en otros idiomas también, ya que no siempre están desconectadas). Así que, sí, muchos de los nombres que uso tienen significado. Al menos para mí. Incluso hay algunos que son un spoiler enorme y no puedo revelar su significado jeje. Pero, por ejemplo, el nombre del prota viene del inglés antiguo findan para el verbo encontrar; solo cambié la “d” por una “th” para que no fuese tan obvio (LOL).
Te inspiras en la mitología irlandesa para crear tu mundo. ¿Para el proceso de investigación echaste un polvo en St. Patrick’s?
No habría estado mal, pero un poco satánico para la mentalidad que quiero transmitir en el libro (LOL). Las primeras ideas las saqué de un libro titulado El libro celta de la vida y la muerte, después de uno llamado Hadas e ilustrado por Alan Lee, que también estaba lleno de leyendas y pintaba a las hadas como seres no muy buenos, cosa que me encantó. Después, no recuerdo muy bien cómo fue, pero cotillear por los suburbios de Internet me llevó a la Wicca, y eso a los distintos rituales que se celebran todavía hoy en los solsticios y equinoccios. Total, que he pillado de aquí y de allí lo que me gustaba para construir un mundo. Fue todo un poco casual porque yo no tenía intención de usar toda esa información, se metió ella sola en la novela.
¿Qué personaje es tu alter ego y cuál representa a tu ex?
Ay, dioses… ni idea. Es que tengo varios ex… Austur a todo.
Zinia y el mundo de cristal son mi parte favorita de la historia, porque los niveles de hijoputismo y el olor de las nolankas me ponen burra. ¿En qué te inspiraste? ¿Usan Cristasol para todo?
(LOL). El Cristasol no lo conocen, pero tal vez les vendría bien para remediar lo de que un mundo de cristal sea tan opaco. Me alegra poder decirte que en la segunda parte hay mucho de los deseil, Zinia y el reino de cristal. Mucho. Y del príncipe Iyus. El sexy, medio malo, medio bueno, del príncipe Iyus, al que conoceremos mejor más adelante jejejeje. Puede estar jugándotela, o no, mientras a ti se te cae la baba mirándolo.
Ahora no me acuerdo en qué me inspiré para los deseil… sé que cumplen las leyendas de hadas en todo, pero lo de que fueran de cristal… De verdad que no me acuerdo cómo se me ocurrió. Solo sé que lo aproveché para joder a Zinia con su conflicto.

Sobrevivir después de publicar
Has recibido ya las primeras críticas. Algunas han sido muy positivas, otras no tanto. ¿Cómo se encajan opiniones tan diferentes y no se sale ahí fuera con una motosierra?
Hay gente que sí saca la motosierra, pero solo consigue ponerse en ridículo. Así que, cuando recibes tu primera crítica negativa, te acuerdas de esos que tan amablemente se han equivocado antes que tú, y te contienes. Después, lo pones todo en una balanza, y te das cuenta de que es positivo que existan opiniones no tan favorables, siempre y cuando sean respetuosas. Eso hace que el lector que investiga sobre el libro antes de comprarlo lo sepa todo y se le bajen las expectativas un poco. Los tiempos del hype, y qué malo es este para cumplir después con lo que se espera el lector.
Con el tiempo, además, te acuerdas de que los gustos son subjetivos y, por tanto, una mala opinión no quiere decir que tu novela sea un desastre. Me encantaría decir que me han argumentado bien las opiniones (de cualquier tipo), pero es imposible cuando todo se basa en: «no he podido soltarlo», «me he aburrido», «me he enamorado de los personajes» o «yo no he podido conectar». No hay crítica objetiva ni la mayoría saben hacerlas. Te lo digo yo. Tuve asignaturas en la carrera de análisis de textos y de crítica literaria. Todos esos teóricos eran unos pomposos que escondían sus gustos en argumentos de ritmo, etc., y, a menos que sea algo muy evidentemente mal hecho, el que te intenta decir objetivamente por qué algo está mal o bien, no tiene razón. Yo he sido de esas y he argumentado que algo estaba fatal porque aburría al lector, para encontrar a gente entusiasmadísima con eso mismo que yo criticaba.
¿Tienes el síndrome del impostor o ya se te ha pasado la tontería?
Ahí sigo con la tontería. Me gustaría creer que un poquito menos, pero el pánico que me entra cuando alguien se pone a leérselo y me lo dice es real.
¿A quién te gustaría que le diese la murga en una entrevista y qué le preguntarías?
Pues a mí me gustaría leer una entrevista en la que le preguntasen a Silvia Barbeito cuánto de ella hay en sus personajes.
(Te había puesto “cuántos traumas o taras personales aparecen en sus libros”, pero me ha parecido mucho hijoputismo xD). Nota de la entrevistadora: Y, pensabas, Maribel, que no iba a poner esto… oro puro. Para cabrona, yo.

Y dicho esto, solo me queda agradecer a Maribel Abad su paciencia, su sentido del humor, y que no haya dejado de hablarme. Y a ti, por estar del otro lado de la pantalla aguantando nuestras locuras.
Ah, casi lo olvido.
Barbeito, prepárate. La próxima eres tú.
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Porque cualquier pequeña acción por tu parte hace que invertir mi tiempo merezca la pena.
¡Qué entrevista más original y divertida, la he disfrutado muchísimo!
Me gustan tus referencias, Maribel, y tu libro es muy original. Me ha encantado tu forma de enfrentarte a las críticas y el descubrimiento que has hecho con los críticos expertos, jejeje. Me lo apunto.
¡Un abrazo!