Hacer una propuesta editorial es fácil (si sabes cómo)

Ya tienes tu novela terminada, revisada, corregida. Confías en tu producto y ha llegado la hora de enviarla a las editoriales, esas empresas más o menos grandes que tanto respeto te infunden. Y entonces alguien te dice que debes presentarles una «propuesta editorial», ese documento con el que venderte (sí, he dicho «venderte», porque en eso consiste), y captar su atención para que, al menos, se molesten en leer tu manuscrito.
Pero ¿qué pasa si no tienes ni idea de por dónde empezar? No te preocupes, porque hoy traigo a dos invitadas de lujo, Esther Magar y Ana Escudero, que nos plantean dos formas diferentes de hacer la propuesta. Porque…
Hacer una propuesta editorial es fácil si sabes cómo.
La propuesta editorial, por Esther Magar
Puede que te costara mucho escribir esa novela, que sufrieses muchísimo cuando tu correctora te la puso del revés; pero ahora, por fin, sientes que merece la pena, que esa es la historia con la que quieres presentarte al mundo editorial.
Sin embargo, toda esa seguridad se desvanece cuando abres el correo electrónico para mandar tu propuesta editorial. Porque ¿cómo se escribe una buena propuesta ? ¿Y cómo te presentas tú, si solo te conocen en tu casa? Bueno, no hay una fórmula mágica para que te hagan caso, pero sí unas cuantas recomendaciones para que la editorial no te mande a la papelera de reciclaje en cuanto tu correo aparezca en su bandeja de entrada.
¿Cómo hacer una buena propuesta editorial?
Lo primero: entra en el sitio web de la editorial que te interesa y lee sus condiciones. Si quieres que se interese por ti, interésate primero tú por ella. Fíjate en si tienen la recepción de manuscritos abierta, porque, si está cerrada, por mucho que te trabajes una buena propuesta editorial, no la van a mirar.
Adáptate a lo que piden, que para eso lo especifican en su sitio web. Pero si no concretan los puntos que quieren que aparezcan en la propuesta editorial, ten en cuenta estas pautas.
Una portada atractiva
La propuesta editorial tiene que entrar por los ojos, por eso es importante que la portada sea atractiva. En ella debe aparecer el título de la obra y el tuyo, que para eso eres el autor. Si incluyes una imagen y una frase que resuman la esencia de la historia, mejor que mejor.
Lo ideal es contratar a un maquetador profesional para que te maquete la propuesta editorial, pero, si no puedes permitírtelo, tendrás que echarle muchas horas a Photoshop, InDesign u otras herramientas de diseño más de andar por casa, como Canva.
Información básica de una propuesta editorial
Toda buena propuesta editorial debe contener la información básica en la primera página:
- Título de la novela.
- Nombre del autor/a.
- Contacto (teléfono y correo electrónico).
- Número de páginas.
- Géneros.
- Temas.
En las siguientes páginas, te toca profundizar en el contenido de la obra, por lo que puedes incluir:
- Sinopsis analítica: No más de tres líneas. Expresa el trasfondo de la novela.
- Sinopsis breve: Como las que se leen en las contraportadas de los libros. Un párrafo o dos.
- Sinopsis larga: Cuenta toda la novela. Toda. Incluidos el final y los giros. Pero con gracia y que no ocupe más de tres páginas. Así, la editorial sabrá si encaja con su catálogo. ¡Ojo! Algunos no quieren tantos detalles, les basta con las sinopsis anteriores para decidir si quieren leerse tu manuscrito. Por eso, antes de mandar la propuesta, tienes que leer sus condiciones.
- Una lista de obras y autores similares: Ni se te ocurra decir que tu novela es inclasificable y que no se ha escrito nada igual. A la hora de tomar decisiones, todos necesitamos etiquetas, así que facilita la tarea a quien lea la propuesta. También es posible que la editorial en cuestión no le dé importancia a eso. Lo dicho: infórmate primero.
- Público objetivo: ¿Hombres? ¿Mujeres? ¿Edad? ¿Qué tipos de libros leen? Cuanto más lo definas, más parecerá que sabes de lo que hablas. Si dices que es para todos los públicos, quedarás fatal.
- Lista de 10 razones (o menos) por las que publicar tu libro. Destaca los puntos fuertes, qué la diferencia de las demás. Sigue el esquema «Porque…».
- El autor: Toca hablar de ti y de tu trayectoria relacionada con la literatura, pero hazlo en tercera persona. Y pon foto. Menciona tus contactos en el mundillo, tus premios, tus cifras de ventas en anteriores publicaciones y el número de seguidores que tienes en las redes sociales. Y si has publicado más libros o guardas algunos inéditos, dilo. Prefieren a quienes escriben mucho que a los que aspiran a publicar un único libro. Pero no te extiendas más allá de una página.
- Si tienes opiniones de la novela, no están de más. Conviene que sean de otros escritores o de blogs de reseñas. Las de tu madre o tu pareja no valen. Tampoco las de «la gente dice que…».
- Muestra un capítulo: En general, se pone el primero. Lo importante es que genere expectativas y esté impecablemente bien escrito. Faltas de ortografía o errores de estilo harán que el editor no se anime a pedirte la novela entera, por muy interesante que sea la propuesta. No más de quince páginas.
Ten en cuenta que las editoriales reciben decenas de propuestas al día, así que lo crucial es que les llames la atención visualmente y que la información que más les interesa la encuentren en un vistazo. No van a leer la propuesta, la van a mirar.
Propuesta editorial lista, ¿y ahora, qué?
¡Cuidado con el correo de presentación! De nada servirá que tengas la mejor propuesta del mundo si no te presentas bien.
¿Y qué es «presentarse bien»? Pues con educación. Empieza por dejar claras tus intenciones.
Asunto: Propuesta editorial.
Ya está. Un correo de presentación no es momento de hacerse el interesante ni el gracioso (en la propuesta editorial tampoco conviene).
En el cuerpo del mensaje, saluda, di tu nombre y explica por qué te diriges a ellos. Incluye los enlaces a tu sitio web y redes sociales, siempre y cuando estén dedicados a la literatura, y las características básicas de la novela: título, número de páginas y géneros. Despídete diciéndoles que esperas que la propuesta editorial que les adjuntas resulte de su interés y te soliciten el manuscrito para valorarlo.
No tiene más misterios, pero te sorprendería la cantidad de correos en los que el autor ni se presenta; otros escritores se enrollan a contar su vida y milagros y los hay que se definen como el próximo George R. R. Martin. Esos son los peores. No seas uno de ellos. Sé modesto, por favor. Si eres el próximo autor revelación, que tu obra lo diga por ti.

(Te hace llorar cuando usa el bolígrafo rojo)
Socióloga de formación, Esther se levantó un día hasta las narices de la crisis y decidió dar un giro radical a su vida. Y acertó de pleno.
Correctora profesional y escritora, tiene publicados relatos en diferentes antologías. En su blog, Relatos Magar, habla de realismo mágico, trucos de corrección y comparte su experiencia en el mundo editorial.
La propuesta editorial, vista por Ana Escudero Portal
Otra forma de hacer la propuesta editorial es presentar tu libro directamente en el cuerpo del email.
Esto no quiere decir que te puedas ahorrar el trabajo de investigación de la editorial. Si tienen sus requisitos específicos sobre el envío de obras, atente a sus indicaciones. No hay nada que moleste más al editor que un autor que ignora sus recomendaciones y le hace perder el tiempo, y eso lo único que va a lograr es un editor irritado y que tu manuscrito acabe en la papelera sin leer. Pero una forma de despertar el interés del editor es ofrecerle un poco de tu libro directamente en el correo que le envías.
Al presentar tu libro en el mensaje, tienes que ser breve. Un email largo da pereza y tiende a dejarse para más tarde. El objetivo de la propuesta es despertar el interés del editor en el mismo momento en el que lee el email para que quiera abrir los adjuntos del correo, y, si no puede hacerlo en ese momento, que se quede rumiando la idea que has plantado en su cabeza. Una extensión de 200-300 palabras debería ser suficiente para distinguir tu libro de los otros veinte que ha recibido ese mismo día.
Estructura para presentar tu propuesta editorial en un email
Primer párrafo con sinopsis comercial (100-200 palabras)
La sinopsis comercial es un resumen de tu libro sin desvelar el final. La que pondrías en la contraportada del libro para despertar la intriga del lector. Si se inicia con un lema, o con una frase que enganche, mejor, pero evita las preguntas retóricas. Es un recurso muy manido para crear intriga y los editores están inmunizados a su poder.
Segundo párrafo con los datos de la novela (50 palabras):
- Título
- Género
- Público: Rango de edades del lector ideal de tu libro.
- Extensión: El número de palabras es mucho más orientativo para un editor que el número de páginas, ya que no varía con el formato que apliques al documento.
- Obras a las que se parece: Sí, tu libro se parece a otros, aunque no te guste admitirlo. Y si encuentras esos títulos (con tres es suficiente), darás una pista muy buena al editor sobre el tipo de texto que tiene entre manos. Pero no lo compares con bestsellers famosos y generalistas. Intenta profundizar. Es un ejercicio difícil para un autor, pero si no se te ocurre nada, puedes preguntar a tus betas (porque has tenido lectores beta, ¿verdad?) a qué otras historias o autores les recuerda tu novela. Además, si alguno de esos títulos es de la editorial a la que estás escribiendo, menciónalo. Si lo han publicado es porque les gustó, y les gustará saber que lees libros de su editorial.
Tercer párrafo con una minibiografía del autor (50 palabras)
Aquí es donde tienes que desplegar tu currículum literario: libros publicados, premios, relatos en antologías… Si no tienes nada, no te preocupes. Todo el mundo tiene que empezar en algún momento. Cuenta un poco sobre ti, y si has estudiado o trabajado en algo relacionado con el tema sobre el que escribes, no te olvides de mencionarlo. La experiencia suma puntos.
El número de palabras de cada sección es orientativo. A veces das con una sinopsis breve y potente y puedes explayarte en los otros apartados. Otras, los datos de la novela ocupan más que la biografía; pero si tienes currículum literario como premios u otros libros publicados con anterioridad, es importante darle más peso a ese apartado. Sobre todo, es importante que intentes no superar las 300 palabras, porque el email tiene que caber en la pantalla. Si el editor tiene que hacer scroll, el correo parecerá demasiado largo y el impacto que podías lograr resumiendo todo tu libro en un solo mensaje (tarea nada sencilla) se perderá.
Muchísimas gracias a L. M. Mateo por hacerme huequito en su estupendo blog, en el que tanto aprendo. Y esto es todo por hoy. Te deseo inspiración en tus historias, buena pluma para escribirlas y sabias tijeras para pulirlas. Hasta pronto, alma curiosa.
Escritora, editora y cantante, siempre la encontrarás con un libro en las manos, una historia en la cabeza y una melodía en los labios. Psicóloga y con un máster en edición, trabaja como correctora profesional.
«Escribe el libro que quieres leer. Yo lo corrijo en Escuderoportal.com».

(Alimenta al diablo con las correcciones a tus textos)
Por mi parte, queridas florecillas, solo me queda darles las gracias a Esther y Ana por pasarse por este humilde rinconcito y compartir sus consejos y trucos. Y a ti, por supuesto, que estás de ese lado. Espero que esta entrada te dé, al menos, una base para realizar tu propuesta editorial.
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Porque cualquier pequeña acción por tu parte hace que invertir mi tiempo merezca la pena.
Hola, L.M. Mateo:
Me ha gustado mucho el artículo y la información que nos ofrecen Ana Escudero y Esther Magar sobre cómo hacer una propuesta editorial. Sin embargo, tengo una duda a la hora de confeccionarla: ¿sería conveniente incluir datos o imágenes sobre los personajes, el worldbuilding…? Lo digo porque en el podcast de La palabra errante lo mencionan en uno de sus capítulos y, en caso afirmativo, me gustaría saber con qué herramienta podría trabajar. El resultado final sé que es preferible pasarlo a pdf, ¿no? Pero, ¿cómo debería trabajar con las imágenes? ¿Podría, por ejemplo, prepararlas en Presentaciones de Google, exportarlas como imágenes y luego incorporarlas a Google Docs (que después exportaría como pdf)? ¿O el resultado sería muy deficiente?
Me gustaría saber qué aconsejas en este caso.
Muchas gracias por adelantado,
Diana Valentín.