(Des)vergüenzas: Silvia Barbeito, Odín y un monje con su velita

Pues sí, Silvia Barbeito es otra de esas amigas locas que haces un día sin saber muy bien cómo, dónde ni por qué (teníamos a gente en común, nos conocimos en grupos de Facebook y Telegram, empezamos a hablar porque las dos somos correctoras, y tuvimos un crush) y a la que te entran ganas de tocarle el culo lascivamente a los diez minutos porque su lengua viperina y su retorcida inteligencia la hacen más atractiva (si es que eso es posible). Y es pelirroja. Y confieso que tengo un problemón con los/las/les pelirrojes. Así que imagina.
Ah, que casi se me olvida: además, escribe. Y escribe bien.
Cuando entrevisté a Maribel Abad ya amenacé con dejar que la Barbeito pasara por este blog y, después de muchos meses, por fin he encontrado la excusa para obligarla a responderme algunas preguntas si no quiere que su editora le dé un mordisco en la yugular y la entierre en trabajo aburrido (imaginad corregir solo autoayuda, qué crueldad. Besitos para mis clientes de autoayuda).
¿La excusa? Que está de preventa con su nuevo libro o lo que sea: El libro de las sombras apenas iluminada por una velita blanca de un monje benedictino.
Y si después de leer el título no te ha entrado diarrea mental ni ganas de salir corriendo, pasa, pasa. Que esta entrevista tiene más de irreverente que el Anticristo.

La Barbeito es «asín»
¿Cuántas taras tiene la Barbeito?
No entiendo la pregunta. Las taras son defectos.
¿Cómo convenciste a alguien para que publicara tus libros?
Es al revés. Hay gente muy inconsciente que quiere publicarlos. Jamás entenderé las tendencias autodestructivas de algunos editores.
Tú que ya llevas unos años en esto… háblanos de lo mejor y lo peor de los escritores, así en general.
No me gustan. En general. Tengo amigos escritores, la mayoría, pero es porque los acepto con sus defectos y sus virtudes (si tienen alguna). Pero, por norma, no suelo hacerme amiga de nadie que se tome demasiado en serio a sí mismo y que sobrevalore su propia importancia. Y veo demasiado de eso. Y con pocos motivos.
¿Qué le aconsejarías a los escritores noveles? (Además de que quemen sus tres primeras novelas).
Que se dediquen al encaje de bolillos. O al macramé. Me han dicho que también está guay lo de sexar pollos, pero paso de meterme en las intimidades de los seres vivos.
Pregunta insidiosa: ¿es posible vivir de vender libros?
Ja. Jaja. Jajaja. Jajajajajajaja.

Silvia Barbeito
Escritora, correctora profesional y editora de mesaNació en el 69, lo que ya explica muchas cosas.
Aunque estudió Derecho, la mayor parte de su vida laboral la dedicó a actividades que incluían trato directo con el público, así que se vio forzada a escribir para encontrar un modo de matar a sus peores clientes de forma legal e impune.
A pesar de que sus primeras novelas, Más allá del Velo, Velo de silencio y Velo de sangre, que conforman la trilogía del Velo, fueron publicadas por un sello de novela romántica —romance paranormal—, no hay más que ver los títulos de algunos de sus relatos que han formado parte de antologías para saber que algo no funciona bien en su cabeza: Todo empezó con aquella maldita lavadora, parte de la antología Calabazas en el trastero: Peste; o Patas (Antoloxía de contos fantásticos).
Este camino de descenso a la locura se aceleró con la publicación de #NotAllDemons, una parodia feminista en el infierno, publicada por Cazador de Ratas, y siguió adentrándose en él con Chati, la novela anteriormente conocida como Tormenta de corazones en llamas en la noche salvaje de tu amor indómito, parodia de novela romántica, y El dios de las pelotas, escrito a cuatro manos con Virginia Pérez de la Puente, una comedia romántico-absurda de ciencia fricción (género creado por las autoras porque los protagonistas se frotan mucho y no hay quién se lo crea).
En la actualidad trabaja como correctora y prepara sus planes de dominación mundial liderando una manada de perras. Aún no ha conseguido que ataquen cuando grita «Dracarys», pero está haciendo progresos.
Silvia Barbeito y la «escribición»
¿Cuáles son tus influencias? Y no me respondas con un: «No tengo, yo influyo», que te veo venir y me dejas sin entrevista.
A ver, si no me vas a dejar contestar lo que quiera, yo paso. Pero, vamos, que mis influencias están más que claras a la segunda línea que me lees. Pratchett, claro, el que más. Intenté que me influenciara alguien más sensato y que ganara mucha pasta, pero no salió.
Ah, y Jack el Destripador.
¿Por qué parodia romántica y no romántica a secas?
Porque sí. Yo qué sé. ¿Por qué «loquesea» a secas, si puedo parodiarlo?
Lo de ponerle nombres tan largos a tus novelas, ¿es para joder al maquetador? ¿Te ha hecho algo personal?
Si solo fuera al maquetador… Le jodo la vida a la editora, que nunca se acuerda de los títulos y tiene que resumirlos; a la gente que lo reseña; a la que lo lee; a mi madre…
No, en serio, repito: ¿Por qué nombres tan largos en tus textos? Que la imprenta cobra…
Porque tengo que hacerme valer.
¿Cuál es tu proceso creativo? Porque eres un poco peculiar. Bueno, mucho. Por decirlo amablemente. Vale, eres rara de cojones. ¿Cuál es tu proceso y cuánto tardas en escribir un libro?
¿Tengo un proceso? ¿Dónde! ¡Quítamelo, quítamelo! Nah, a ver… Yo tengo una idea peregrina. La que sea. Yo qué sé, pollos ninjas. Pienso en ella para convencerme de que es una estupidez. No lo consigo. Sigo pensando, varios meses, mientras intento librarme de la pereza. Me siento. La escribo. Mientras lo hago, tengo a alguien que la va leyendo al día (normalmente, mi amiga Vero, aunque también han hecho esta función la Moreno o María Coco). Me hacen preguntas y me dan ideas locas. Lo mezclo todo. Sigo escribiendo. Acabo. Lo mando a la editorial y me olvido hasta la siguiente novela. Tiempo entre una novela y otra: más o menos un año. Tiempo efectivo de escritura: más o menos mes y medio.
El libro de las sombras apenas iluminadas por una velita blanca de un monje benedictino
Y con ese pedazo de nombre, la Barbeito se ha quedado tan ancha. Y se ríe de nosotras. Corte de mangas incluido. Así que por votación común (y porque a ella le dio la gana) y siguiendo la estela de Tormenta de corazones en llamas en la noche salvaje de tu amor indómito (más conocida como CHATI y que casi reseñé aquí con tanto amor que a Barbeito se le cayeron las bragas y le toqué ese trozo de patata que tiene en lugar de corazón) se decidió recortar el nombre de El libro de… (no pensarás que voy a escribir otra vez todo el jodío nombre, en serio) pasa a conocerse cariñosamente por el común de los mortales como Velita.
Y resulta que Velita está de preventa, así que aquí te dejo la reseña, la portada, el botón de compra (cómpralo, por el Ojo de Odín, que te lo vas a pasar bomba en Disneyland París) y luego, para no quedar mal, le he hecho unas preguntas de rigor a mi invitada que, como hasta ahora, ha respondido lo que le ha salido de la flor.
Pero, primero, la promo (que no se diga que te engaño).
Sinopsis
Un ojo, la Elegida, el Mentor, Jack Sparrow, Yoda, el camino del héroe… Si crees que no se puede unir todo eso en una novela es que no conoces a Silvia Barbeito y, tal vez, sea mejor así. Aléjate de este libro ya.
María es la Elegida, aunque ella no lo sabe hasta que encuentra una extraña canica y conoce a su mentor. En su periplo por retornar al mundo su proceder habitual (como si esto fuera bueno), se enfrentará a graves peligros, a sexo desatado, a helados enormes y cuartos de baños una y otra vez.
Una novela entre la aventura, el cine para frikis de los 80, los amantes de la mitología nórdica… Ideal para la gente inconsciente y para la que cree que “ya nada puede ir a peor”.
Desde esta editorial te recomendamos NO LEER ESTA NOVELA POR LOS DAÑOS MENTALES QUE PUEDA PRODUCIR.
CON LA PRECOMPRA DE ESTA NOVELA RECIBIRÁS DE REGALO UN BOLSIBLIBRO, 10% DE DESCUENTO Y MARCAPÁGINAS
Y después del momento promo: #escritorasyeditorialestambiénnecesitamoscomerdecaliente, continuamos:
Velita es una novela muy loca. Casi tanto como Guarras infernales… digo, Not all demons. ¿De dónde sacas las ideas y el buen humor para escribirlas?
Spoiler: la vida es una mierda. O te ríes o lloras. Y yo paso de tener los ojos hinchados.
Resume el libro en una frase y no hagas spoilers.
Sí, claro. Que yo escribo casi cien mil palabras para resumirlas en una frase. Anda y que te den. Si ni siquiera hago las sinopsis de mis libros. Quien quiera que lo lea y se haga su propio resumen.
¿Por qué la cultura vikinga y no la griega?
No soy mucho de griegos…
Confiesa: ¿en quién has basado a La Elegida (marca registrada)?
Pfff, en todos los cientos de miles de Elegidas que hay en la historia de la literatura. Lo único que hice fue ponerla un poco más sensata y que no le interesara una mierda su destino.

Tu personaje favorito, el más odiado y por qué (de este libro).
Paso de jugar a si quiero más a mamá o a papá. Nunca acaba bien. No suelo tener favoritos, si no me gusta un personaje, lo mato y creo otro. Ser OhDiosa mola.
En Velita ofendes a todo el mundo. ¿Tu editora ha llorado mucho?
No me hagas mucho caso, pero creo que se ha reído. Yo qué sé, yo me encargo de mi propia locura, que se encargue ella de la suya.
De todos modos, ella te diría que no lee lo que publica para no llevarse disgustos. Es lo más sensato que le he visto hacer jamás.
(INCISO. Tras hablar con la editora, Carmen Moreno, me confesó que la gente ya nació ofendidita y que cree —oh, por Odín, esto sí que es estar loca— en la libertad de expresión. ¡WTF, Carmen? ¿Estás majara o qué? Arderás en la hoguera. FIN DEL INCISO).
Tienes una sección al final hablando de los Triger Warnings. Si en Velita tuvieras que usarlos, ¿cuáles serían?
Pues si te la has leído, sabrás que ninguno. Por encima de mi cadáver.
¿Por qué deberíamos leer cualquiera de tus novelas, pero sobre todo esta?
No debéis leerlas. Es más, os lo desaconsejo firmemente. No sé por qué la gente las lee y quiero que tengan claro que no me hago responsable de los posibles daños mentales que puedan ocasionar.
Háblanos de tu siguiente proyecto (más allá de seguir respirando mañana por la mañana, por favor).
En cuanto a mi próximo proyecto, lo sabré cuando me siente a escribirlo. Por ahora tengo pensado escribir algo de terror, pero eso puede cambiar mañana.
Adiós, Barbeito, adiós
Maribel Abad me dejó esta pregunta para ti, que va bastante relacionada con la primera que te hago: Pues a mí me gustaría leer una entrevista en la que le preguntasen a Silvia Barbeito cuánto de ella hay en sus personajes.
(Te había puesto “cuántos traumas o taras personales aparecen en sus libros”, pero me ha parecido mucho hijoputismo xD).
Mis personajes no tienen traumas, así que te habría ignorado. Odio los traumas y a los traumatizaditos. En cuanto a qué tienen de mí, yo qué sé. Los he creado yo, y las diosas tendemos mucho a eso de “a su imagen y semejanza”. No tengo ni idea. Son como son. No pienso ni en mí ni en nadie cuando los pongo a jugar.
Y la pobre Ana Escudero se mojó sin saber que la siguiente eras tú: ¿Cuál es el destino más terrible que ha sufrido uno de tus personajes?
Casarse.
¿A quién te gustaría que entrevistara y qué le preguntarías?
A Pratchett. Y le preguntaría qué tal funciona el WhatsApp ouija.
Deja una pregunta para la siguiente persona que pase por aquí…
¿Por qué te dedicas a esto y no a algo más amable, como picar carbón, por ejemplo?

Le daría las gracias a Silvia Barbeito por pasarse por aquí, pero como seguramente haya conseguido que te explote el cerebro con sus respuestas, paso. Ya la invitaré a cualquier cosa que no sea el licor café ese que bebe tan chungo.
Y a ti, gracias por aguantar hasta aquí. Si tienes alguna pregunta para Silvia, ya sabes que puedes dejarla en los comentarios. Probablemente no te responda, pero así tienes motivos para gritarle un «¡Qué la pasa, señora!» cuando te la encuentres en algún festival.
¡Hasta pronto, florecilla!
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